Soñabas

by Carlos Patinho on sábado, 17 de octubre de 2009



Ayer tuve sueños increíbles:

1 El Triste Instrumento de Cuerda Frotada:

Un Hombre parado en medio de la nada, como en todos los sueños, pero con el peculiar detalle de que tenía este magnífico instrumento que se basaba en cinco varas de madera un poco gruesa que convergían al centro ene una especie de cojín que se apoyaba en el hombro, como el violín, y los otros extremos estaban separados entre sí aproximadamente diez centímetros, y formaban un semicírculo, unido en las puntas por una cuerda que, entendí claramente en las abstracciones del sueño, era de fibra de caña de azúcar.

El Hombre vestido de saco negro, me veía y me sonreía y señalaba su instrumento, para ejecutarlo se servía de una cerda de cabello que el había arrancado de su cabeza y la amarraba al dedo pulgar y al medio para tensarla y frotarla contra la única cuerda.

La gran peculiaridad del instrumento residía en que la gama de sonidos que podía repetir eran básicamente nostálgicos y profundamente tristes, una música que al primer compás era capaz de desprender un llanto de quien lo estuviese escuchando, entonces el hombre me daba el instrumento a mi y yo al momento sabía como tocar y solo oía que me gritaba a lo lejos: "Hay que ser muy tristes para tocar esa mierda"

2.- El perro del Cholo

Yo estaba en una institución educativa, entendía que la escuela estaba dividida de acuerdo a los sectores de estudio y yo, lógicamente, me encontraba en la zona de literatura, más bien como profesor, caminaba sobre uno de los patios llenos de mosaicos de azulejos de tonos opacos de verde, amarillo y rojo, a lo lejos veía un perro grande negro que me miraba divertidamente, con cierta perspicacia humana, mientras, yo me acercaba hacia él, y el me seguía curiosamente con la mirada y cuando estaba cerca de él se echó a correr tras de mi y yo corrí de él, pero con cierta diversión infantil, por todos lados, incluso recuerdo haber corrido sobre una pared huyendo de aquel can, hasta que lo vi mordiéndome juguetón la pierna.

Cuando me mordía la pierna me decía: "Deberíamos hacerlo otra vez" y yo le contestaba que no, que estaba yo muy cansado, y que aparte me hacía daño correr por el asma, en seguida se apareció el dueño del perro, un cholo, que daba miedo, y me decía el perro "Hoy no dejes me lleve con él, no quiero" y yo le preguntaba al cholo que que quería y el cholo me decía: "Ese de allí es mi perro" y yo lo negaba, y lo seguí anegando, hasta que el cholo sacaba una pistola el perro me recogía en su lomo mientras el cholo disparaba, pero era muy tarde el cholo había golpeado mi espalda al menos cinco veces con sus balas, sentía un calor reconfortante por todo el cuerpo, cerraba mis caía y el perro me empezaba a lamer todo el cuerpo mientras el cholo se acercaba todavía con la pistola en la mano y toda la gente al rededor aplaudía al cholo, entonces el perró me miró con sus ojos y me dijo: "Lo siento, yo nunca quize esto para ti, ni par mi, parecías una buena persona" y yo le decía que se fuera, que huyera de su dueño como fuera posible, y el perro salía a la carrera.

El cholo me miró a los ojos y me dijo: "¿No hubieras deseado ver a alguien más antes de morir?" y me disparaba en la frente al momento en que yo despertaba, naturalmente, sobresaltado.

One Response to "Soñabas"

  1. Rubén Says:

    Me gusto ese de "Hay que ser muy tristes para tocar esa mierda" ¿Ha estado ultimamente usted bien Patinho?