Karcino: No di mi don

Por si fuera poco un mal pésimo día (y no es redundancia, si no que fue un pésimo día que ni siquiera tuvo la dignidad de ser un buen pésimo día, qyer, por que hoy...), ésto, cuatro exámenes, cuatro, y no me dió para pasar ni uno putas, esto nos llevará a recapitular, en realidad es como si no fuera tan importante, y al mismo tiempo de suma relevancia.

Cuatro exámenes, cuatro, dos que sabía de antemano que iba a reprobar y otros dos que daba por sentado lo contrario, pero como un golpe a mi ego de buen mamón, por que "yo paso todos los extras que presento", ¿Qué pasa? ¿Qué putas pasa? Es como si de repente mi universo se redujera a cero, muerte, no pasa algo, pasa nada, eso pasa, de repente la vida parece el doble de iverosímil.

A la chingada todo.

A veces tal vez uno necesite de éstos golpes tan bajos, que solo se puede comparar con cosas como cuando luego de hacer el amor, los labios amados pronuncian un nombre pasado que no es el propio, cuando no alcanza el buen peatón al pesero deseado y coge el siguiente y es asaltado por una recua de lunfardos bastardos de la ciudad, como quien por recuperar quinientos pesos de las vías del tren es golpeado un poco en la cadera por el velocípedo imparable, como un día despertar y ver que la casa no siempre ha sido la misma, y si ha sido la misma cambió de un día para otro.

Al menos ahora tengo algunos escapes, con mi primitiva edonista forma de vivir, procurándome pequeñas cosas que no sirven de algo en este ingrato mundo, en ésta puta vida, que no merece otra palabra, ni una más bella, ni una mas mala, solo ésta: puta, P-U-T-A, (pero piénsese en las putas, que ejercen un oficio tan noble: el de dar placer a parroquianos solitarios a cambio de la fidelidad y la vida en paz que representa una pareja de planta).

L avida es más puta que la muerte, la muerte es desgraciada, y solo eso.